El éxito del Proyecto Natick avala la fiabilidad y eficiencia de los Centros de Datos submarinos que podrían proveer a cientos de localidades costeras
Este verano ha finalizado un proyecto de investigación de dos años con 864 servidores funcionando bajo el mar. La hipótesis del proyecto era que un contenedor sellado en el fondo del océano es más fiable y estable que una instalación en tierra. El resultado ha confirmado la viabilidad de los Centros de Datos submarinos alimentados con energía renovable. Por ejemplo, la tasa de fallos fue hasta 8 veces menor a la esperada en un Centro de Datos convencional. La viabilidad del proyecto ha quedado también demostrada desde un punto de vista logístico, ambiental y económico.
Proyecto Natick: Centros de Datos bajo el mar
El Proyecto Natick surge en primavera de 2018 como el Centro de Datos Northern Isles (Escocia) sumergido a 36 metros de profundidad en el mar. Durante los últimos dos años se ha probado y supervisado el rendimiento de los servidores obteniendo prometedores datos.
Para conservar los servidores, los desarrolladores rellenaron la atmósfera del contenedor con nitrógeno. Para la refrigeración se aprovechaba el frío del agua de Escocia y el nitrógeno distribuyó este frío con mayor eficacia. De hecho, el nitrógeno en la atmósfera de la cápsula sellada es una de las causas de que los fallos hayan sido menores que un Centro de Datos convencional.
Además, durante estos dos años la cápsula acumuló una extensa capas de algas, percebes y anémonas controlando de esta forma un impacto ambiental nocivo.
Pasado y futuro del proyecto
La idea de este tipo de Centros de Datos surgió durante una Think Week en 2014. Que un Centro de Datos submarino es un proyecto factible se demostró en 2015 durante un despliegue de 105 días en el océano Pacífico.
El éxito de Project Natick abre la puerta a una nueva red de centros de datos que utilicen energía renovable y aprovechen nuevos recursos para ofrecer sus servicios a las cientos de localidades costeras que los pueden necesitar.
